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Limpieza y mantenimiento de las fresas sin óxido...

Limpieza y mantenimiento de las fresas sin óxido...

Por Leshy Friedman

Teniendo en cuenta que soy un nuevo bloguero aquí, pensé en empezar con un consejo útil de hace tiempo, cuando era un joven aprendiz en mi primera carpintería de barrio. Uno de los primeros trabajos que me asignaron fue limpiar y organizar el cobertizo de almacenamiento y, pensando en retrospectiva, ¡ahora imagino que el carpintero que me dio ese trabajo se estaba riendo un poco! Años de abandono, serrín y suciedad tan espesos que apenas podía distinguir las brocas, las fresas, las carracas, las sierras de mano y los destornilladores. Había estanterías al aire libre apiladas hasta el techo y encontré literalmente cientos de cachivaches que antes estaban desaparecidos en combate. Cuando por fin limpié todo el cobertizo, gran parte del material estaba oxidado y estropeado, así que sólo pudimos salvar unas pocas cajas. Así que no había duda de que teníamos que sustituir la mayoría de las piezas oxidadas por herramientas y brocas nuevas, preferiblemente con punta de carburo, que garantizan una vida útil más larga, pero ¿cómo se suponía que iba a restaurar las piezas medio oxidadas que habíamos salvado? ¿Y cómo podía evitar que todas esas piezas volvieran a estar en el mismo estado? 

Muchos de nosotros estamos bastante familiarizados con esta escena y sabemos muy bien que el oxígeno, la humedad y el polvo son el peor enemigo de un carpintero, haciendo que todas sus piezas de acero sin recubrimiento se oxiden y debiliten. Así que cuando el trabajo finalmente requiere esa pieza que has estado guardando para la ocasión adecuada, te encuentras yendo a la ferretería a por una pieza nueva. Entonces, ¿cómo mantener todas esas piezas limpias y resistentes durante los próximos 20 años?  

El viejo Terry, uno de los carpinteros, me dio este consejo: agrupa cada pieza por uso y tamaño y pon cada grupo en un tarro etiquetado lleno de queroseno sin perfume (también conocido como parafina si vives en el Reino Unido) durante dos días. Esto eliminará la mayor parte del óxido y el deterioro sin apenas esfuerzo. A continuación, saque cada pieza del tarro con unas pinzas, límpiela, rocíela con aceite, vuelva a colocarla en el tarro lleno de queroseno y guárdela en el armario de herramientas. Así evitarás que vuelva a oxidarse, mantendrás el acero resistente y te resultará muy fácil encontrar lo que necesitas durante años.

Nota: Cuando llegue el momento de utilizar esa broca o pieza, no olvide secarla primero porque el queroseno húmedo puede dejar marcas en la madera.