Haga sus propios paneles de suelo de madera dura machihembrados

Haga sus propios paneles de suelo de madera dura machihembrados


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Cómo crear sus propios suelos de madera noble

Machihembrado: 3 técnicas para crear sus paneles de suelo de madera dura

El machihembrado ha demostrado a lo largo de los siglos ser muy sencillo, limpio y resistente. Los usos más populares de esta unión son la creación de puertas, paneles y tableros de mesa. Otra función de esta unión se observa en los suelos de madera. A diferencia de los otros ejemplos citados, los suelos de madera dura se crean únicamente con lengüetas y ranuras que unen un panel con otro. Dado que las juntas recorren toda la longitud del panel y están unidas entre sí, los suelos de madera dura son fáciles de montar y se mantienen muy fuertes y resistentes a lo largo de los años.

No hay nada mejor para aportar calidez a un hogar que los suelos de madera noble. Los suelos de madera encajan fácilmente en la mayoría, si no en todos los tipos de hogares y decoraciones. No sólo realzan y aportan elegancia a una habitación, sino que también son atemporales. Los suelos de madera son duraderos, añaden valor a su hogar, crean un entorno en el que el polvo no se acumula con el paso del tiempo y existe una infinidad de maderas para elegir.

Existen unas cuantas opciones en el mercado a la hora de revestir su suelo con madera noble. A fin de cuentas, no hay mejor manera de revestir un suelo que hacerlo uno mismo. Desde la selección manual de la madera hasta el secado al aire libre, el fresado y la instalación, los beneficios no son sólo la sensación de logro, sino también el ahorro de dinero. Encargar a una empresa el revestimiento de un suelo puede parecer otra hipoteca. Es una tarea muy laboriosa y tediosa, pero como trabajador de la madera, ¿cómo puede uno contratar a otra persona para que haga el trabajo?

3 técnicas para cortar juntas machihembradas para sus paneles de suelo

 Hay muchas técnicas diferentes para cortar machihembrados. Dependiendo de las herramientas del taller y de la cantidad de tablas, existen diferentes recomendaciones sobre cuál es la mejor técnica. La mayor parte de su toma de decisiones en cuanto a qué técnica utilizar depende de dos variables: sus herramientas de taller y la cantidad de tablas necesarias para fresar.

Las uniones machihembradas suelen hacerse con una sierra de mesa. Pero con las brocas adecuadas, las juntas pueden hacerse con la misma facilidad y eficacia en una fresadora o una tupí.

Con estas tres posibilidades, decidir qué método adoptar dependerá en primer lugar de sus herramientas.

Sierra de mesa:

Una sierra de mesa es muy potente, y al cortar numerosas tablas puede resultar fiable a largo plazo.

La ventaja de una sierra de mesa es que el corte será completamente limpio y afilado, lo que dará a la junta un buen ajuste.

La mayor desventaja de utilizar una sierra de mesa es que las tablas deben cortarse con varias pasadas. Además, tanto la lengüeta como la ranura deben cortarse en momentos diferentes.

Nuestras hojas de sierra especiales son compatibles con las sierras de punta y socavado Crain® y las sierras de jamba y socavado Roberts®.

Mesa de enrutador:

Otra opción es utilizar su mesa de fresado. Una opción que proporciona menos potencia que la sierra de mesa, pero que alivia la necesidad de pasar las tablas varias veces. Con las fresas para suelos adecuadas y unas cuantas pasadas de prueba con pequeños ajustes, se pueden crear numerosas juntas machihembradas idénticas.

Por supuesto, la desventaja de la opción de la fresadora es la potencia. Si se va a fresar una gran cantidad de tablas para suelos de madera, la fresadora sufrirá una auténtica paliza y no se recomienda desgastar ninguna herramienta.

Shaper:

La tercera opción es utilizar una tupí. Una tupí, con un juego de fresas para suelos. Una tupí permite una técnica muy similar al uso de una mesa de fresado que le permite hacer una sola pasada completando el corte. La diferencia es que la tupí tiene la potencia necesaria para trabajar todo el día.

La mayoría de los carpinteros nos vemos limitados en las técnicas que podemos utilizar por falta de recursos, es decir, de herramientas adecuadas.

En un mundo ideal sin estas restricciones, el mejor método para cortar juntas machihembradas para paneles de suelo es a través de la mortajadora.

La tupí no sólo podrá manejar la cantidad de tablas, sino que su configuración es sencilla. Tanto la lengüeta como la ranura se pasan una sola vez y le da un ajuste hermoso y fuerte como de fábrica. Se eliminan todas las conjeturas.

 

Sustitución e igualación de paneles de suelo antiguos

Después de muchos años de tener un suelo de madera, uno puede experimentar todo tipo de daños. Ya sean ligeros almidonados, gubias, daños por agua, tablas que se levantan...etc. Especialmente los niños desgastan mucho los suelos de madera.  

Tuve un cliente que vivía en una antigua casa colonial en el centro de Nueva Jersey; una casa histórica y muy bien cuidada. Los armarios de la cocina eran de cerezo viejo con una pátina preciosa que demostraba que había vivido una vida muy larga, aunque delicada. Lo que no era tan bonito, y la razón por la que yo estaba allí, eran las tablas del suelo de roble, que estaban destrozadas, encontradas directamente debajo del fregadero; obviamente dañadas por muchos años de agua cayendo del fregadero.

El cliente necesitaba sustituir estas tablas sin perder la integridad del antiguo suelo. Decidimos inmediatamente que las tablas de fábrica estaban descartadas. Lo que teníamos que hacer era localizar roble viejo, cortar tablas, machihembrarlas para que coincidieran con las tablas existentes, instalarlas y envejecerlas para que hicieran juego.

Me llevé a mi taller un par de tablas buenas que rodeaban a las malas. Cepillé las tablas nuevas hasta el grosor deseado y, con la tupí y las fresas, conseguí que se parecieran mucho a los antiguos machihembrados. Solo unos minutos de trabajo manual y estaban tan bien como las tablas originales.  

Al instalarlos, tuve que dejar sólo un lado de una tabla sin lengüeta para que la tabla que faltaba cayera dentro. Con un adhesivo fuerte en la parte inferior, se mantendría seguro durante uno o dos siglos más.

Ahora venía la parte divertida. No sólo tenía que igualar la pátina, sino también el color y el acabado. Después de jugar con pigmentos de color, pude conseguir algo muy parecido. Después de colorearlo, saqué las llaves y empecé a tirarlas y rasparlas un poco hasta conseguir la cantidad de desgaste que se había acumulado durante tantos años. ¡Como nuevas (o viejas)!

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